Jorgito tiene tal potencia de voz que, cuando llora, se rompen los cristales de las ventanas, y los bomberos salen a apagar el fuego, y cierran las fábricas... Los vecinos de Cantalapiedra le escriben cartas al alcalde protestando, y éste tomará una drástica decisión. Es la historia de un niño con un gran talento, pero que es un incomprendido.